martes, 29 de diciembre de 2015

Luz de alarma para América Latina

Carlos Marianidis, escritor argentino

El escritor argentino y gran amigo mío, Carlos Marianidis, me ha enviado este texto que comparto íntegro. En él señala que quienes tenemos "acceso a medios no convencionales como un blog, una columna virtual, un video en Youtube, debemos correr la voz. A esta altura de los acontecimientos, hay que contar lo que no aparece en la TV de aire ni el cable, ni los periódicos, ni la radio.".
Coincido con Carlos y por eso abro esta humilde Aldea para que se escuche su voz, que estoy segura es la de miles o millones de personas que enfrentamos situaciones semejantes. Es importante señalar que en su obra de literatura infantil y juvenil y en su vida ha reflejado su compromiso con la sociedad, es un convencido de que si la gente se organiza y trabaja para lograr sus objetivos los muros, la injusticia, los abusos del poder y otras calamidades que azotan a los pueblos del mundo pueden superarse.
 
Luz de alarma para América Latina
Por Carlos Marianidis
A mediados de los „70, Taty Almeida y Estela de Carlotto caminaban en círculo alrededor de una pirámide blanca, en la plaza más antigua e histórica de Buenos Aires. En aquellos días de violencia feroz, una reclamaba por la desaparición de su hijo; la otra, por la de su hija y su nieto. Junto a un puñado de almas dolientes, en total soledad e indefensión, la primera daría origen a las Madres de Plaza de Mayo; la segunda sería fundadora de Abuelas. ¿Qué puede ser tan grave que hoy, cuarenta años después y en plena democracia, estas mujeres de avanzada edad vuelven a colocarse en la primera línea de la resistencia?Cuadro de situación. Desde 2003, Argentina fue gobernada respectivamente por Néstor Kirchner y su esposa Cristina, como líderes de lo que se llamó Frente para la Victoria. Después de muchos años de presidentes que le dieron la espalda a quienes los habían votado, este partido devolvió al pueblo las reivindicaciones sociales logradas en el pasado por Juan Domingo Perón y su esposa Eva. Y aun los que no somos peronistas debemos reconocer que, en estos doce años continuos de gobierno, Argentina volvió a tener un proyecto de país en el que los seres más humildes fueron la prioridad. De hecho, Néstor Kirchner había planteado en Naciones Unidas que no iba a seguir aceptando imposiciones del FMI, toda vez que eso significaba tremendos ajustes económicos e intervención en asuntos en los que Argentina debía ejercer su soberanía. Y Cristina, a lo largo de dos períodos, reforzó los lazos entre los gobiernos de América Latina como frente común ante las exigencias de Estados Unidos y sus países europeos aliados.
En las últimas elecciones, en un increíble ballotage, el 51% votó como presidente al opositor Mauricio Macri, frente a un 49% que elegía a Daniel Scioli, del Frente para la Victoria. En síntesis, el análisis de este resultado responde a un desgaste de doce años de gobierno y las promesas electorales que el más poderoso medio de comunicación -Grupo Clarín- bombardeó a los hogares mediante gráfica, radio y TV. Hoy, a pocos días de asumir el gobierno, los fondos que antes se asignaban a ayuda social se desvían a una aristocracia propietaria de campos e industrias, mediante la eliminación de las retenciones. El aumento del dólar ha causado que los formadores de precio elevaran la inflación. El Poder Ejecutivo ha nombrado dos jueces en la Corte Suprema por un “decreto de necesidad y urgencia”, en una grosera invasión de poderes. Hay un intento de derogar la Ley de Medios (analizada durante meses por todos los partidos políticos y aprobada por el Congreso).Después de doce años sin represión de reclamo social alguno, un corte de ruta realizado por trabajadores de Cresta Roja –criadores de pollos- fue reprimido con carro hidrante y balas de goma. Así, el Estado que antes protegía a los más débiles es reemplazado por el Mercado, que hace su juego de oferta y demanda, sin mirar atrás. Antes, la economía cerraba con la gente dentro. Ahora, cerrará sin importar quién quede afuera. Los que vemos los efectos de estos primeros días de gobierno de Macri, que significa el regreso del neoliberalismo, ya comenzamos a reunirnos en plazas y parques. La gente se comunica a través de las redes sociales y esto deriva en manifestaciones pacíficas que han llegado a tener veinte mil personas (Congreso Nacional, 17/12; Parque Saavedra, 27/12).Lo grave es que los medios de comunicación no lo muestran: al no enviarse cámaras ni periodistas a cubrir los eventos, el nuevo gobierno trata de hacer invisible el descontento. Y como Argentina es un país extenso, nadie se entera de lo que ocurre en las plazas de cada provincia donde se replican estas reuniones de votantes defraudados. Así las cosas, la unión latinoamericana que es una cadena cada vez más resistente, hoy tiene en Argentina a su eslabón más débil. Porque ahora habrá un intento de mostrar al ALCA como la mejor opción, o que los países que cuentan con préstamos del Fondo Monetario tendrán mayor posibilidad de crecimiento que si se aíslan en defensa de sus mercados locales. Los medios de comunicación harán todo lo posible por demostrar las ventajas de la privatización, el estímulo a la mejora de las industrias nacionales con la libre importación de manufacturas baratas con las que tendrán que competir (en inferioridad de condiciones, claro) o la educación pública gratuita como concepto utópico u obsoleto.Por lo tanto, los que tenemos acceso a medios no convencionales como un blog, una columna virtual, un video en Youtube, debemos correr la voz. A esta altura de los acontecimientos, hay que contar lo que no aparece en la TV de aire ni el cable, ni los periódicos, ni la radio. Los medios monopólicos de comunicación no mostrarán jamás la realidad si ésta les perjudica o no favorece a los funcionarios que ellos crean, agrandan y colocan en cargos políticos vitales. Esto ocurre hoy en Argentina. A los que tratamos de ser personas dignas nos da vergüenza tener un presidente que en la ceremonia de asunción se puso a bailar en el balcón de la casa de gobierno mientras su vice cantaba una cumbia.Nadie, en ningún país, debe creer que los argentinos estamos felices con el bochorno de esta actitud impresentable. Todo lo contrario: vemos en ella la danza infame del neoliberalismo que causa los mayores dolores del mundo. Y es bueno que todos estemos sobre aviso, sin el menor lugar a la ingenuidad o la inocencia. Porque esto tan triste que sucede aquí es un proceso que busca a toda costa extenderse sobre América Latina.

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